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La UE deseaba que Doha señalara el cambio entre el estado antiguo del
clima, en que solo los países desarrollados tenían la obligación
jurídica de reducir las emisiones; al nuevo sistema, en el que todos los
países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo, asumirán por
primera vez compromisos jurídicamente relacionados en virtud del nuevo
acuerdo mundial.
En Doha se ha modificado la estructura de nuestro modo de negociación: antes teníamos diferentes grupos de trabajo basados en una distinción
radical entre los países desarrollados y los países en vías en
desarrollo. Ahora tenemos un único foro de negociación, la plataforma de
Durban, para todos los países.
El mundo no puede luchar contra el cambio climático sin un compromiso de los países de economías emergentes.No es un logro pequeño el conseguido en la conferencia de Doha : hoy en día, la emisión media en China
ya es de 7,2 toneladas y va en aumento mientras que la de Europa es de 7,5
toneladas y está bajando.
A pesar de las dificultades económicas que sufre Europa, hemos conseguido en Doha ayuda económica para luchar contra el cambio
climático. Varios Estados miembros de la UE y la Comisión Europea han
ofrecido unos 7000 millones de euros en fondos para el clima en 2013 y
2014.
Es verdad que no se obtuvieron resultados maravillosos, pero hemos avanzado de cara al acuerdo de 2015.Las propuestas se caracterizan por un lento ritmo y dificultades internacionales, pero esto no significa que nos debamos dar por
vencidos. ¿Se lo podría permitir el mundo?
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